BLOG . ÚLTIMAS NOTICIAS

Los errores que hay que evitar a la hora de iluminar los espacios

Los errores que hay que evitar a la hora de iluminar los espacios

De todos los tipos de energía que se pueden utilizar, la luz es la más importante porque es un elemento esencial para ver y apreciar la forma, el color y la perspectiva de los objetos que nos rodean.

La mayor parte de la información que obtenemos del ambiente la conseguimos por la vista (cerca del 80%) pero al estar tan acostumbrados a disponer de ella, damos por sentado su labor. Sin embargo, no debemos olvidar que ciertos aspectos del bienestar humano, como nuestro estado mental o nuestro nivel de fatiga, se ven afectados por la iluminación y por el color de los objetos que tenemos a nuestro alrededor. Desde el punto de vista de la seguridad en el trabajo, la capacidad y el confort visuales son muy relevantes, ya que muchos accidentes se deben, entre otras razones, a deficiencias en la iluminación.

Por este motivo, planificar la iluminación de los espacios es sumamente relevante. Esta planificación exige tener en cuenta dos aspectos: la iluminancia y la luminancia. La primera se vincula con el  nivel de iluminación, que se mide multiplicando la cantidad de luz, en lúmenes, por el área de la superficie a la que llega dicha luz. Por su parte,  la luminancia es una característica propia del aspecto luminoso de una fuente de luz o de una superficie iluminada en una dirección dada. Es lo que produce en el ojo la sensación de claridad, es decir que la mayor o menor claridad con que vemos objetos igualmente iluminados depende de su luminancia.

La cantidad de luz sobre un plano de trabajo, determina la visibilidad de la tarea pues afecta a la agudeza visual, la sensibilidad de contraste o la capacidad de discriminar diferencias de luminancia y color y la eficiencia de acomodación o eficiencia de enfoque sobre las tareas a diferentes distancias.

Entonces, teniendo en cuenta estas dos dimensiones, luminancia e iluminancia, enumeraremos los errores más frecuentas a la hora de iluminar los diferentes espacios, ya sean hogares, oficinas, comercios o plantas industriales.

1. No planificar

El primer error es pensar que la iluminación no requiere una planificación porque ‘es lo último que se coloca’.  Por el contrario, es preciso pensar y analizar las características, el uso y las necesidades específicas de cada espacio. Se puede dejar para el final la elección de los modelos de lámparas, sobre todo los más decorativos, para ver cómo va cobrando vida el ambiente según avanza la obra pero los puntos de luz, los enchufes y la distribución general hay que pensarla de antemano, principalmente, por si hay que realizar cambios en la instalación eléctrica. En este sentido, hay que considerar que para los modelos de empotrar se necesita falso techo o una pared en la que poder instalarlos.

2. No fijar un presupuesto

Si ya se han estudiado las características y las necesidades del espacio, solo resta poner en práctica las ideas. Un presupuesto ayuda a enfocarse en cómo obtener resultados concretos. No hay que cometer el error de gastarlo antes de llegar a la parte de la iluminación y dejar solo los detalles para el final.

3. Imitar lo que se ve en las revistas

Las soluciones propuestas en las revistas no siempre son prácticas pues no son aptas para todos los espacios. Son ideas orientativas que hay que adaptar a la realidad. Es preciso recodar  que los modelos de luminaria elegidos deben acoplarse al estilo y al mobiliario del espacio. Por eso, es conveniente elegir modelos atemporales y fáciles de combinar.

4. Querer iluminar un espacio amplio con una bombita de bajo consumo

La iluminación general de un ambiente debe ser potente o provenir de diferentes puntos de luz. Por eso, se recomienda añadir lámparas auxiliares que complementen la iluminación general, como una lámpara de sobremesa o un pie y un flexo de estudio.

Con una combinación de luces que provengan de distintos planos se puede conseguir un efecto cálido y más acogedor. En contraste, una única luz muy potente colocada en el techo resulta incómoda y hasta agresiva. Hay que buscar un equilibrio y un resultado armonioso para que el ambiente resulte cómodo para quienes lo habitan o desarrollan sus tareas allí.

5. No tomar en cuenta las proporciones

Una lámpara no debe dar de lleno en las cabezas de las personas en una zona de paso, ni debe estorbar a la hora de comer o realizar una tarea. También es necesario ser precavidos al colocar luminarias que obstaculicen la apertura de puertas, ventanas y armarios. Si existe una preferencia por las luminarias grandes, hay que asegurarse de tener bien calculadas las dimensiones del resto de los elementos que componen el espacio. En resumen, tener en mente quién va a usar ese lugar y para qué.

Factores que determinan el confort visual

Los requisitos que un sistema de iluminación debe cumplir para proporcionar las condiciones necesarias para el confort visual son:

• Iluminación uniforme.

• Iluminancia óptima.

• Ausencia de brillos deslumbrantes.

• Condiciones de contraste adecuadas.

• Colores correctos.

Deben eliminarse los reflejos molestos, que dificultan la percepción de los detalles, así como los brillos excesivos o las sombras oscuras. El mantenimiento periódico de la instalación de alumbrado es muy importante. El objetivo es prevenir el envejecimiento de las lámparas y la acumulación de polvo en las luminarias, cuya consecuencia será una constante pérdida de luz. Por esta razón, es importante elegir lámparas y sistemas fáciles de mantener.

Fuentes: Taralux, Superintendencia de riesgos en el trabajo.

Foto: Erco

Compartir

Noticias Relacionadas: